Sobre el futuro del libro

Querida Yolanda de 2010,

si no me falla la memoria, en esas fechas habrá cierto debate en Internet sobre el futuro del libro en papel, el libro electrónico, la piratería y los derechos de autor. De hecho, solías comentar sobre el tema en blogs como La viga en mi ojo, y Twitter y Facebook.

Para despejar tus dudas he decidido mandarte esta carta, contándote cuál va a ser el futuro del libro. Espero que sepas guardar el secreto de cómo te la he hecho llegar desde el años 2027.

Podría empezar diciéndote que el libro en papel desapareció más rápido de lo que se esperaba, en apenas 10 años todo el mundo comenzó a usar únicamente e-readers y tablets para leer.

Ahora sólo se publican en papel algunos libros-juego infantiles y sobre todo los pop-up, que ya no son sólo para niños; entre los adultos se han puesto de moda, con diseños cada vez más sofisticados y complejos. De hecho han intentado hacer algo parecido en los e-readers 3D, pero no han tenido mucho éxito, porque en papel parecen tener más mérito.

En fin, pero no era de esto de lo que te quería hablar, sino de las descargas, y de si un escritor podrá vivir de su profesión o no en el futuro.

Después de una serie de pasos en falso y titubeos, las empresas proveedoras de internet comenzaron a proporcionar e-books igual que antes hacían con la televisión.

Ahí fue donde las editoriales tuvieron que espabilar, porque si las primeras se convertían en editoriales y los autores firmaban con los proveedores directamente, ellos perderían su negocio. En realidad esa no fue nunca la intención de las operadoras, y los escritores han seguido firmando contratos con las editoriales.

Lo bueno es que se necesitan grandes cantidades de contenido: novelas, cuentos, comics, poesía, de todo. Por eso es fácil que difundan tu obra.

Lo malo es que entre tanto contenido es difícil destacar, y los autores cobran por lectura, así que en realidad sólo los más famosos pueden vivir de sus libros, como en el 2010. Los demás tienen que buscar ingresos alternativos en otros trabajos más o menos relacionados con la literatura, y algunos incluyen publicidad en mayor o menor medida, aun a costa de comprometer la calidad de sus obras.

Este sistema también ha beneficiado a las bibliotecas. Aunque físicamente han desaparecido, han proliferado tanto las bibliotecas digitales públicas como las privadas. Sí, las privadas. Los libros pueden seguir comprándose como antes, si quieres, y luego cualquiera puede poner a disposición de los demás su propia biblioteca, aunque igual que en el caso de libros de papel, mientras el libro está prestado ningún otro usuario puede acceder a él. De este modo se puede leer cualquier obra sin pagar la cuota de contenidos. Pero claro, no es una competencia a temer por los grandes distribuidores, porque la mayoría de gente prefiere pagar la cuota y tener todos los libros a su disposición cómodamente desde casa, en vez de andar buscándolo en la red de bibliotecas.

Todo esto acabó con la piratería, porque aunque seguía siendo una opción factible, no resultaba atractiva. El lector paga el acceso y tiene más o menos cantidad de contenidos en función del plan que tenga contratado. Como la cuota va incluida en el acceso a la red, no hay necesidad de andar buscando copias piratas. Y si no quiere pagar, puede buscar el libro que le interese en una biblioteca, o pedirlo prestado a alguien que esté dispuesto a compartirlo.

Toda esta situación ha revolucionado el mundo editorial. Las grandes se han hecho más grandes, reduciendo costes y aumentando la ventas. Algunas editoriales pequeñas se unieron entre sí para ser más fuertes, otras se reconvirtieron en agentes o promotores de escritores, y muchas otras desaparecieron. Por supuesto, también hay editoriales pequeñas, que proveen de contenidos alternativos, aunque no lo tienen fácil para conseguir canales de distribución mayoritarios.

Las peor paradas fueron las librerías que han desaparecido casi en su totalidad, tanto las físicas como las digitales, porque cada vez menos gente quiere comprar los libros, pudiendo acceder a ellos online.

Por último, el resultado de todo esto ha sido que nunca se ha leído tanto como ahora. Desde luego en cifras no se puede comparar a otras formas de ocio, pero es bastante superior a las de 2010.

Y este es a grandes rasgos, el panorama del libro en 2027.

Bueno, me faltaría explicarte como son los e-readers hoy en día, ya que son muy diferentes a los de entonces, pero te resultaría muy desagradable, así que dejaré que lo descubras por ti misma con el tiempo.

Sin más se despide,

Yolanda González Mesa, desde algún lugar de 2027.

20 comentarios en “Sobre el futuro del libro

  • Pingback: Bitacoras.com

    • el 3 mayo 2010 a las 15:13
      Permalink

      Cada vez se lee más, las nuevas generaciones se pasan el día leyendo, no libros, pero es lo que hacen Tuenti, en los chats, etc. Obviamente no van a pasar de ahí al Quijote, porque muchos rechazan cualquier cosa que recuerde remotamente a un libro, pero a través de un dispositivo electrónico y con los temas que a ellos les gustan es más fácil.

      Se ha visto claramente con fenómenos como Harry Potter o Crepúsculo, muchos de sus más ávidos lectores no habían leído nada antes. Puede que no vayan a pasar a la historia de la literatura, pero mientras que acerquen a la gente a los libros tienen un valor innegable que otras obras consideradas de superior calidad literaria no tienen.

      Por eso tengo esperanzas en que se leerá más en el futuro 🙂

      Un saludo y gracias por tu comentario.

      Respuesta
    • el 3 mayo 2010 a las 20:37
      Permalink

      No me parece pesimista en absoluto, sino realista. Es un hecho que las librerías, igual que las tiendas de música, quedarán reducidas a la mínima expresión (¿alguien se acuerda del tamaño del «espacio de música de El Corte Inglés» hace siete u ocho años?).
      También parece claro que la comercialización de los libros digitales en base a tarifas planas sería mucho más sencillo que con la música, ya que escuchar un disco lleva una hora, pero leer un libro lleva, en el mejor de los casos, días. Por tanto, el equivalente literario de modelos como Spotify creo que tienen todo el sentido y todo el futuro…
      .-= Lo último en el blog de observador subjetivo: Pulseras para listos =-.

      Respuesta
      • el 3 mayo 2010 a las 20:58
        Permalink

        Yo soy muy fan de Spotify y de su modelo de negocio, aunque sus detractores dicen que a los músicos les llega poco. No sé si poco en general o poco en comparación con lo poco que reciben por disco vendido.

        Como usuaria me encantaría que hubiera un Spotify de libros, pero también de series, de películas etc.

        Un saludo y gracias por tu comentario.

        Respuesta
  • el 4 mayo 2010 a las 14:16
    Permalink

    Me parece un poco triste, pero es la realidad, lo que más me duele es que no tengamos librerías, es una placer pasear por ellas, aunque no compres nada, solo mirar y mirar una libreria por Internet no es lo mismo ni huele igual.
    Valgreen

    Respuesta
    • el 4 mayo 2010 a las 23:20
      Permalink

      A nosotros nos da pena, pero las siguientes generaciones ni siquiera lo recordarán. Supongo que encontrarán otros placeres.

      De hecho parte de esta reflexión me la inspiró una anécdota con mi hijo de 4 años, encontró una vieja cinta cassette y tuvimos que explicarle para qué servía.

      Un saludo y gracias por tu comentario.

      Respuesta
  • el 5 mayo 2010 a las 20:45
    Permalink

    dudo mucho que formatos tan perfectos como el libro en papel tal como lo conocemos sean desbancados por frágiles , dependientes y incómodos lectores electrónicos en 10 años… si me dices 100, admitiria un empate o convivencia

    dudo muchísimo que la gente se deje lavar el cerebro hasta el punto de ver «piratería» (robar, asaltar, violar y matar) en el simple, sencillo y honroso intercambio de bienes culturales.

    en 10 años lo veremos 🙂 no borres el post ;-P

    Respuesta
    • el 5 mayo 2010 a las 22:20
      Permalink

      También decían que la gente no iba a ser tan tonta de preferir el inferior sonido del CD al del vinilo, o el VHS al mucho mejor 2000, y aquí estamos…

      No te preocupes, no borraré el artículo 😉

      Un saludo y gracias por tu comentario.

      Respuesta
  • el 6 mayo 2010 a las 10:15
    Permalink

    Hola:
    Me considero la mas inculta de todos los seguidores de este gran blog, pero nunca compararía la piratería con matar y violar, son dos cosas muy fuertes y muy diferentes, aunque se considere un simple intercambio de bienes culturales.

    Respuesta
  • Pingback: Enlaces al Sol XVII: Lo que me interesó en la red últimamente | Tinta al sol

  • Pingback: ¿Qué es TicWisdom? | Tinta al sol

  • Pingback: Ventajas de los libros electrónicos sobre el libro en papel - Tinta al sol

  • Pingback: Ventajas de los libros en papel sobre los libros electrónicos - Tinta al sol

  • Pingback: 5 cosas en las que la industria editorial confía - Tinta al sol

  • Pingback: Juan Gómez-Jurado, un autor en las redes sociales - Tinta al sol

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

CommentLuv badge

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.