12 errores imperdonables en una novela negra
Recientemente he leído una novela de detectives que no voy a reseñar. Ya os he dicho otras veces que yo no hago críticas negativas, sólo recomendaciones de los libros que me han gustado, así que no voy a decir ni el título ni el nombre del autor. Únicamente os diré que la idea del crimen no era mala, el estilo de escritura era correcto, pero cometía una serie de errores que arruinaban por completo la experiencia del lector.
No toda la culpa es del autor, porque son unos errores bastante evidentes que un buen editor debería haber localizado al momento, ayudando al autor a subsanarlos.
A pesar de todo, no ha sido una pérdida total de tiempo, porque he decidido tomar nota de esos errores y tenerlos presentes para evitarlos en mis textos. La novela que estoy escribiendo ahora mismo es de ciencia ficción, pero soy una lectora empedernida de novela negra y la siguiente novela, que lleva tentándome desde hace tiempo, pertenecerá a este género.
Y, por si os resulta útil a vosotros también, comparto aquí los 12 consejos para evitar errores imperdonables en una novela negra:
1. Sólo puede haber un detective.
Una de las primeras decisiones que tiene que tomar un autor es el tipo de detective que llevará a cabo la investigación. Si es un policía tendrá restricciones legales, que un detective privado se podrá saltar alegremente, aunque, por contra, no tendrá fácil acceso a informaciones oficiales como datos de vehículos y teléfonos móviles, o antecedentes delictivos. Si eliges un detective aficionado, tendrá otras limitaciones.
Para que puedan colaborar dos tipos de investigadores, siempre uno tendrá más peso a otro en la narración.
Utilizar indistintamente uno u otro investigador a tu conveniencia para evitar ese problema es hacerle trampa al lector, en especial si el único criterio para ello es que te ahorras justificar cómo obtiene las distintas pistas.
Y si vas a ser así de perezoso, al menos no des a entender en el título que el protagonista es uno, cuando es el otro el que tiene más páginas en la novela.
2. El único interlocutor de tus personajes es el lector, así que cuéntale las cosas una sola vez.
Aunque la lógica diga que el policía tiene que informar a sus compañeros, después a su jefe, al testigo y más tarde desahogar su frustración con su barman, su mujer, su perro o su psiquiatra, no repitas de nuevo todos los datos una y otra vez.
Un simple «Informó a su jefe de lo que había averiguado hasta ahora» es más que suficiente, sigue avanzando en la historia.
3. Cuidado con el exceso de diálogos, detienen la acción.
Los policías de las novelas, incluso los que el autor define como tipos callados y solitarios, hablan mucho: en los interrogatorios, en las reuniones con el resto del equipo,en sus conversaciones con testigos. A eso hay que añadir el monólogo interior en el que da vueltas una y otra vez a los datos para encajar las piezas.
Por eso hay que recortar esos diálogos y monólogos lo más posible, y nunca repetir información que ya conoce el lector.
4. El culpable no debe ser el único sin motivos para cometer el crimen.
En las cinco primeras páginas de cualquier novela de Agatha Christie puedes deducir quién es el asesino, porque siempre es el único que no tiene motivos.
En mucho capítulos de series procedimentales, sabes enseguida que el culpable es el único secundario sin motivos, pero interpretado por un actor conocido.
Tus lectores han leído tanto o más que tú, y la mayoría son más listos, así que tienes que ser muy ingenioso y no dejar ningún cabo suelto por el que os puedan descubrir a tu criminal y a ti antes de tiempo.
Da a todos tus personajes un motivo para ser sospechosos y, si esto no se justifica por la historia, al menos haz que el culpable no sea el único que no tiene motivos.
5. Si tu detective vive un romance, que sirva para hacer avanzar la acción.
Si vas a caer en el tópico de que tu detective se líe con la desconsolada hija, hermana, esposa o madre de la víctima, que sea por una razón que haga avanzar la historia, y no sólo para demostrar que tu protagonista tiene «su corazoncito», y menos aún para «disimular» que la chica es culpable. Eso no sorprende a nadie desde 1947.
6. No utilices palabras como puzzle o rompecabezas.
Tópico de tópicos. Como mucho úsalas una vez en toda la novela. Y ya me parecen demasiadas.
7. No compares a tu personaje con un detective clásico.
Antes de afirmar que tu detective es un nuevo Philip Marlowe, Miss Marple o Sherlock Holmes asegúrate de crear un personaje a su altura. Como las posibilidades de que seas capaz de hacer algo así son escasas, póntelo fácil y evita comparaciones.
En las novelas de Marlowe no le definen como la versión masculina de Miss Marple, ni a Wallander como el Sherlock que vino del frío.
Si tu detective es un investigador excepcional, tendrás que demostrarlo a lo largo de la historia, no vale con que tú lo digas cada cincuenta páginas. El único tópico que deberías tener presente en tus novelas es que las comparaciones son odiosas.
8. Como dijo Chejov: Si dijiste en el primer capítulo que había un rifle colgado en la pared, en el segundo o tercero este debe ser descolgado inevitablemente.
En la novela negra, todos los detalles que incluyas tienen que estar ahí por alguna buena razón, y no sólo para despistar al lector. Así que, aunque los uses para que confundirlos a él y a tu detective, justifica su presencia.
9. Una buena novela negra se puede releer.
Si una novela negra está bien escrita, podrás disfrutar releyéndola con otros ojos cuando sepas la solución del misterio, descubriendo las claves que en su momento te pasaron desapercibidas o que tienen un nuevo significado cuando sabes la verdad.
Un ejemplo brillante y muy claro de esto lo encontramos en la serie Sherlock, aunque no sea una novela: cuando ves el primer capítulo la escena del misterioso hombre que sabe todo sobre Watson más que él mismo, y le pide que vigile a Holmes, ves a un tipo sin escrúpulos de alguna obscura y poderosa organización que busca espiar a Sherlock. Cuando más adelante descubres quién es, la misma escena tiene unas connotaciones distintas, incluso humorísticas, que la primera vez no puedes apreciar.
A esto debes aspirar como autor, no te conformes con menos, aunque sea casi imposible de conseguir.
10. Deja pistas a lo largo de la historia, pero escóndelas bien.
Es tentador guardarte la información hasta el último momento, para asegurarte de que el lector no os descubra a ti y a tu criminal, pero nada decepciona más a un lector que un as en la manga en el último minuto.
Por eso tendrás que sembrar de información tu novela, pero lo suficientemente oculta. Eres compañero del detective, pero también cómplice del criminal, que es, además, el coprotagonista de la historia, así que cuídalo como se merece.
11. Distingue muy bien las claves del género de los tópicos.
Las claves del género son el marco que rodea tu historia, los tópicos, en cambio, son elementos que se repiten hasta la saciedad en todas las malas novelas.
¿Sabes cuántas novelas negras hay protagonizadas por detectives masculinos, cuarentones, que beben demasiado, y cargan con una barriga (o calva, o ambas) incipientes, al menos una ex esposa y un hijo que le odian porque siempre puso el trabajo por delante de ellos? Yo te lo diré: demasiadas.
12. No hagas a tus personajes decir «Esto no es una novela, es la vida real».
No es gracioso, ni siquiera fue gracioso las primeras 500 veces que se utilizó. Es una novela. El lector lo sabe, la ha comprado él. Sólo consigues hacer parecer idiotas a tus personajes.
Y vosotros, ¿qué errores no soportáis en la novela negra?
La verdad que no soy lector de novela negra, porque cada vez que me pongo con una descubro (o me descubren) al asesino a la primera vuelta de hoja y pierdo interés. Quizá es que he leído mucho Sherlock y comparo demasiado. Un placer volver a leer tus entradas
Lo último en el blog de Eduardo Fanegas de la Fuente: Desaparecido en combate
Muchas gracias por tu comentario, un saludo.
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Es muy interesante tu análisis, Yolanda. La verdad es que como lectora a veces ves cosas que chirrían aunque no sabes muy bien qué. Y como autora me pasa lo mismo.
estoy muy de acuerdo contigo en que los investigadores calvos y panzudos están más que vistos. Claro que como ama de casa y detective ya tenemos a Los misterios de Laura. Tendría que ver esa serie, a ver como compagina pañales con aeesinatos.
y que soberbia es Sherlock. Maravillosa esa serie. Como coger un material tan revisotado y visto y darle una vuelta actual. Que manera de incluir las nuvas tecnologias para enriquecer la historia!
Lo último en el blog de gemma: Planificar
Los misterios de Laura es una serie irregular, con algunos capítulos muy previsibles y otros mejores, pero María Pujalte me encanta.
Respecto a Sherlock, no podría estar más de acuerdo con tus palabras.
Muchas gracias por tu comentario, un saludo.
«En las cinco primeras páginas de cualquier novela de Agatha Christie puedes deducir quién es el asesino, porque siempre es el único que no tiene motivos»
En serio???
Muy en serio. Saludos.
estimada yolanda… buenas noches…no generalice, mom ami… hay novelas de agatha crhistie donde el asesino si tiene «motivos» para asesinar y puedo dar 2 de ellas que estan en las primeras paginas de la novela «muerte en el nilo» y «el misterio del cofre español», pero le digo q los «motivos» ponen a prueba al detective a utilizar la inteligencia o mejor dicho al escritor q a traves de su personaje y sus deducciones encuentre los «motivos» para q la persona cometa el delito….
Menciona almenos una, necesitamos pruebas.
¡Buen análisis y recomendaciones!
Muchas gracias, un saludo.
Muy de acuerdo con estos puntos, sobre todo con el 10. Si algo me molesta de Agatha Christie es que siempre dejó por fuera el dato clave del misterio, hasta el último minuto en que el flamante detective lo revela frente a todos los sospechosos y policías. ¡El lector debe tener la misma información que el detective! Es imperdonable salir con un deus ex machina o un as bajo la manga, como dices.
Tienes toda la razón, yo también opino que el lector debe saber tanto como el detective. Tampoco soy muy fan de las novelas en las que el lector sabe más que el detective, porque le hacen parecer tonto.
Un saludo y gracias por tu comentario.
Muy buena la entrada, Yolanda. Estoy de acuerdo con todas tus agudas observaciones.
A mí me gusta la (buena) novela negra tanto como la (buena) ciencia ficción. Pero quizá desconfíe demasiado de ellas y por eso no las leo casi nunca. Del primer subgénero me arriesgo a leer autores modernos pero del segundo suelo refugiarme en los clásicos.
Gracias por tus palabras, a mí también me pasa que no suelo arriesgar con autores modernos en ciencia ficción, pero intento darles una oportunidad. De todos modos, hay tantos clásicos por leer, que suelo ir sobre valor seguro.
Un saludo.
Yo tampoco soy lectora empedernida de novela negra, pero los puntos que analizas son interesantes, en especial la de no caer en los tópicos, gran máxima para cualquier clase de género. Lo último que leí fue El perro de los Baskerville… Francamente, esperaba mucho más de una historia de Sherlock Holmes, me pareció demasiado evidente su resolución.
Lo último en el blog de Zilniya: El poeta contestón
Dale una oportunidad a alguno moderno como Lorenzo Silva o a las novelas suecas, son un tanto escabrosas, pero a mí Åsa Larsson, por ejemplo, me resulta de lo más entretenida.
Muchas gracias por tu comentario, un abrazo.
Muy buenos consejos. Siempre me encuentro con relatos negros donde el investigador es «el más listo del mundo», o donde el autor se encarga de que otro personaje se lo recuerde.
Lo último en el blog de ed: El Trato.
Sí, se abusa mucho del truco de último momento.
Muchas gracias por leerme y por comentar.
No estoy de acuerdo con el comentario de las novelas de Agatha. Es una escritora sorprendente; aunque, ciertamente, se menciona o se interacciona tan poco con los asesinos que haces malas deducciones. En Cianuro Espumoso, y perdona el spoiler, en caso de que no lo hayas leído aun, el partidario del asesinato de Rosemary (y, posteriormente de Iris, aunque no lo logra, sino que mata a George, el esposo de la difunta Rosemary) es Victor, un primo que sabía que de estar muerta Rosemary, por órdenes del tio Paul, el dinero pasaría a Iris y luego de Iris morir, a su madre, Lucilla, que vive angustiada popor él y se lo daría todo, el dinero mueve al mundo, dicen. Y su cómplice, Miss Ruth, es la asistente de George, que está enamorada de él y odia a Rosemary. Agregando que todos los personajes implicados tienen una razón más para envenenar a Rosemary, es sosa, apasionada, tardía y terca. (Casualmente, todos, menos Victor estaba en la escena del crimen, por lo que nadie sospecha de él). Pero ciertamente todos tienen un motivo. Igual que en El Espejo Roto.
Muchas gracias por leerme y por compartir tu opinión. Un saludo.
Hola Yolanda. El otro día en un expendio de libros usados encontré un libro llamado “Las pesquisas comenzaron en Baker a Street” del escritor colombiano Jairo Buitrago, donde mezcla un relato de detectives clásico con información del origen de los relatos de detectives y la novela negra. Por un lado nos habla del decálogo de Ronald Knox y nos muestra las leyes de la novela policiaca de S.S. Van Dine, publicadas en 1928 en la revista American Magazine. Por otro lado nos cuenta de los orígenes de la novela negra, publicadas en revistas como “The Black Mask” en Estados Unidos o “Série Noire” en Francia, así como autores representativos del género como Dashiell Hammett (El Halcón Maltés). Te comento esto porque, tu primer punto, es el número nueve de una lista que se escribió en 1928, es decir que aunque la novela negra contemporánea ya supera muchas barreras del pasado, hoy. es necesario seguir ciertos lineamientos para escribir novela negra.
Disfruto y aprendo mucho con tus artículos, gracias por tu generosa información.
Muchas gracias por tu aportación. Me has picado la curiosidad respecto al libro de Jairo Buitrago, a ver si me hago con él. No conocía la lista de Van Dine, pero me siento honrada de coincidir aunque sólo sea en un punto con él. Un saludo.