Cómo dar emoción a un texto de no – ficción
En este blog suelo hablar sobre narrativa de ficción, porque es lo que más me gusta escribir. Pero me consta que muchos de vosotros venís (y os quedáis, gracias) buscando ayuda para textos de no – ficción.
Además de mis artículos en Tinta al sol, en ocasiones recibo encargos para escribir no – ficción, y hoy quiero compartir con vosotros mis trucos para que esos textos transmitan emoción al lector, de un modo similar a como lo hacen los de ficción.
Esa emoción que transmitís al lector, no sólo le hace disfrutar más de la experiencia, sino que ayudará a que lo comprenda mejor:
1. Apela a la empatía del lector.
Haz que la medida de tu texto sea el ser humano, pon el tema (ya sea una persona, lugar, objeto o teoría) en relación con las personas, de ese modo el lector se sentirá identificado con él.
2. Busca la narración dentro del texto.
El hecho de que no se trate de ficción, no significa que no haya una historia que narrar, con su presentación, nudo y desenlace. Esto además contribuirá a dar claridad al texto.
3. Introduce una nota de humor.
Siempre que sea de buen gusto y en el momento adecuado, un toque de humor que ponga una sonrisa en los labios de tu lector, le predispondrá favorablemente hacia tu texto.
Y cualquier texto es susceptible de contener humor, incluso un panegírico en un funeral:
4. Aporta detalles:
Los detalles permiten al lector formar una imagen mental con más facilidad, sobre todo si estos detalles son de tipo sensorial, es decir, hacen referencia a los sentidos: vista, olfato, tacto… Eso no quiere decir que hagas un texto recargado o farragoso. Un exceso de detalles puede hacer ardua la experiencia del lector.
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