El correo que recibo 3: Cómo conseguir una reseña de tu libro en un blog
El blog ha traído muchas cosas buenas a mi vida: trabajo, contacto con otros escritores, multitud de satisfacciones personales y profesionales, etc… Y entre esas cosas buenas está el hecho, nada desdeñable, de que me regalan libros.
Editoriales y autores suelen contactar conmigo para ofrecerme sus libros, con las esperanza de que los reseñe y así obtener publicidad, pero no siempre sus métodos son los más acertados.
Los lectores habituales de mi blog seguramente recordareis que hace un tiempo publiqué un Decálogo de mis reseñas, que ahora utilizo como un modo rápido de dejar claras mis condiciones a la hora de reseñar libros. Si lo leéis, veréis, entre otras cosas, que sólo reseño los libros que me gustan, y por tanto no hay compromiso por mi parte en ese sentido. O que este no es un blog de reseñas, sino que las recomendaciones son una sección más y por tanto, el número de las mismas es limitado.
A pesar de eso, hay autores y editoriales que ignoran lo que les digo y son demasiado persistentes, o intentan imponerme una fecha de publicación de la reseña. Ese tipo de cosas suelen tener la misma respuesta por mi parte: si exiges, paga. Si quieres que te haga publicidad en mi blog según tus condiciones, tendrás que convertirte en cliente, y entonces podrás exigir.
Entiendo que conseguir reseñas no es fácil. Es lo que los vendedores llaman Ventas a puerta fría, llegar a casa de un perfecto desconocido que no tiene ningún interés previo en comprar tu producto, y convencerle de que en realidad sí lo quiere, pero si en la puerta de esa casa hay un listado con las condiciones para hacer la venta, deberías molestarte en leerla.
De todos modos, no todo el mundo hace una mala presentación. Es evidente que si a veces reseño libros que me envían es porque hay gente, mucha gente, que hace las cosas bien. En este artículo voy a daros un ejemplo de ese buen hacer usando el caso de Arturo Otegui Malo y su novela El susurro del heraldo.
No conocía a Arturo previamente, ni nos seguíamos en las redes sociales. En su primer mensaje me dijo que leía de vez en cuando mi blog, aunque eso siempre se dice. Pero en su mensaje, Arturo hacía un par de referencias amables al contenido de mi blog, lo que mostraba que, o bien era cierto que era un lector habitual de Tinta al Sol, o bien, cuando menos, había hecho un esfuerzo por leer algunos de mis artículos y la sección Sobre mí.
Quizás os parece que es un paso lógico antes de pedirle a alguien que lea tu libro, pero os sorprendería la cantidad de gente que se dirige a mí en masculino o hablando de mi «blog de reseñas» cuando sólo es una sección. Si no muestras un mínimo interés en la persona a la que te diriges, no puedes pretender que esa persona se interese por tu libro tampoco.
Después de que Arturo me enviara ese primer mail, le respondí remitiéndole a mi Decálogo de mis reseñas, me contestó que estaba de acuerdo, y me dijo que me enviaría el libro.
Apenas unos días después llegó el libro junto con una carta que os reproduzca aquí con su permiso:
Madrid, 27 de marzo de 2015
Estimada Yolanda:
¿Cómo podrías resistirte a leer una novela con un título y una cubierta tan sugerentes? Y más cuando el autor es más o menos de tu quinta, tuvo un Spectrum 48k más o menos a la vez que tú (¿llegaste a jugar al Stop the express?), ha estudiado informática y tiene en casa más de una guitarra que no toca. Fanático rendido a Pratchett, admirador de Neal Stephenson, Carver, Asimov, González Ledesma…
Casi me atrevo a asegurarte que, si te animas a leerla, no te sentirás decepcionada. Creo que es un trabajo honesto, en el que he dejado un trocito (o un buen trozo) de mí, y que te sentirás muy identificada con determinados momentos de la vida del protagonista (¿alguna vez has estado tomando Cointreau, Martini blanco o similar en una discoteca en la que sonara Modestia Aparte o Radio Futura?).
En cuanto al género, más que realismo mágico, me atrevería a llamarlo realismo fantástico. Es una historia cotidiana, pero con un componente fantástico que me permite poner a prueba al protagonista…
Y en cuanto a tu forma de criticar, no esperaba menos. Considero que las críticas han de ser siempre sinceras porque, si no, no se mejora. Además, no tendría precio para mí conseguir una crítica honesta, cualificada, y que al mismo tiempo no esté influida por mi innegable encanto personal (cuando le pregunté a mi madre qué le había parecido, y le pedí que fuera totalmente sincera, se limitó a responder: “Es perfecta”).
Ahora en serio, espero al menos haberte sacado una sonrisilla y haberme ganado el ratillo que has dedicado a leer esta carta. Gracias por tu atención y por el tiempo que dedicas a compartir tus experiencias y a ayudar a escritores y escritorzuelos como yo.
Atentamente, Arturo Otegui.
P.D. Perdona que te haya escrito a máquina, es para ahorrarte mi infame caligrafía.
Como veis, la carta también tiene referencias a la página Sobre mí, un cierto grado de humildad y, sobre todo, sentido del humor. Además, aunque partes de ella puedan utilizarse fácilmente en otros casos, es una carta personalizada, no un simple corta y pega. Como he dicho antes, muestra interés por la persona a la que se dirige.
Un detalle adicional, que a mí me gusta especialmente cuando me envían libros, es que venía firmado por su autor.
El único pero que se le puede poner es que debería haber incluido más información sobre la novela, y no sólo el género, aunque la contraportada del libro subsanaba esto:
Gabriel es un hombre afortunado. Disfruta de una vida plena junto a su maravillosa familia, y en su trabajo —es profesor de universidad— está a punto de ver cumplido su anhelo: ser el próximo director del Departamento de Sociología. Un día, por casualidad, encuentra una lista con varios nombres. A partir de ahí, los sucesos extraños se suceden, y Gabriel empieza a darse cuenta de que tiene un poder que no sabe cómo manejar.
Con la sinopsis y, sobre todo, con la referencia al realismo mágico, el libro me resultaba muy atractivo, así que lo puse en la pila de futuras lecturas.
El problema de esa pila es que cada día aumenta con libros que me regalan y que compro, y es fácil que cualquier libro caiga en el olvido allí. Pero eso no es lo que ocurrió, porque la siguiente parte del proceso, Arturo también lo supo hacer bien, ya que me seguía en las redes sociales y, de vez en cuando, daba un like o un RT a algunas de mis actualizaciones, sin ser pesado ni pelota. Con esto tan sencillo, me recordaba que tenía su libro pendiente de leer. No es necesario ponerse pesado preguntando «¿qué hay de lo mío?», de hecho puede ser contraproducente.
Así que, recientemente lo he leído, y comparto con vosotros mi opinión:
El susurro del heraldo es una novela que, efectivamente, se enmarca en el realismo mágico. La historia comienza con personajes corrientes en situaciones corrientes que se ven envueltos en situaciones extraordinarias, con un ritmo pausado que poco a poco acelera y te va enganchando.
La presentación y desarollo de los personajes son muy buenos, y hacen que el espectador empatice con ellos, tanto con el protagonista Gabriel, como con Teresa, otro de los personajes importantes de la historia.
Además el lenguaje es sencillo y rápido de leer, pero transmite muy bien el ambiente que pasa de cotidiano a opresivo.
Del final podría hablaros largo y tendido, pero no quiero haceros ningún spoiler, así que sólo diré que es sorprendente.
Por todo esto, os recomiendo, por un lado el libro de Arturo y, por otro, su estilo a la hora de conseguir reseñas en blogs.
Hola! Estoy totalmente de acuerdo contigo. A mi me ha pasado todo eso que cuentas y por ello también he recibido multitud de insultos…
Personas que creen que leer libros y hacer la reseña es de un día para otro, que lo que más valor tiene es su libro y no el hecho de la reseña de un blog, todo esto sin pararse a pensar que si estás mandando tu libro a diferentes blogs es para que lo conozcan más y conseguir algún beneficio.
Por suerte, también hay muchas personas que entienden todo esto como es el caso que nos comentas.
Por último, hay dos cosas que me han llamado mucho la atención de tu post: 1.- pagar por la reseña ( por eso mismo que comentaba antes de lo que piensan algunos autores)
2.- Es contraproducente que un autor esté todo el día preguntandote cuando publicaré su reseña. Completamente de acuerdo.
Lo último en el blog de El club de las lectoras: SORTEO «LAS TRES LLAVES»
En mi experiencia, la mayoría de los autores/editoriales son comprensivos y educados (sobre todo los autores), pero, claro, siempre hay excepciones. De todos modos, yo cada vez me lo tomo con más calma, al principio me agobiaba más.
Muchas gracias por tu comentario y por compartir mi artículo. Un saludo.
Me sorprende que haya autores que insulten por no leer sus libros. Esto del automarketing es terrible y Yolanda, necesitamos YA! un curso sobre como promocionar tu novela. Para no quedarte largo ni corto. Y me apunto lo de ir a blogs de reseñas para ofrecer la novela.
p.d. no te tomes este post como un apremio para leerme, por dios!
Lo último en el blog de gemma: Planificar
Gema, quedaste en enviarme la versión corregida de tu novela, estoy esperándola.
Curso para promocionar tu obra hay en la Escuela de formación de escritores, se llama He escrito un libro, y ahora ¿qué?.
Un saludo y gracias por tu comentario.
Pingback: Bitacoras.com
Estando en general de acuerdo con tu criterio, Yolanda, quiero matizar algo. Para mí, escribir una reseña de un libro que en principio no pensaba leer es un trabajo y por tanto debe ser remunerado. Por eso siempre he rechazado las ofertas de las editoriales de enviarme libros para reseñar.
En mi blog solo comento tres clases de libros: 1) Que el autor (o el editor) sea amigo mío. 2) Que sea una obra que me haya interesado especialmente por la razón que sea. 3) Que me paguen (esto nunca ha sucedido hasta ahora).
Pero bueno, cada uno en su blog hace lo que le parece mejor 😉
Lo último en el blog de Carlos César Alvarez: Mary Jane Ansell
Interesante y muy útil a la hora de mandar libros a los blogs… definitivamente el sentido del humor ayuda algunas veces a conseguir las cosas.
Sentido del humor, educación y un poco de empatía y respeto, es todo lo que hace falta. Muchas gracias por tu comentario.
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