Lo leído: Cómo publicar un libro y no desesperar en el intento
Al proceso de escritura de tu primer libro se le pueden aplicar todos los calificativos del diccionario: emocionante, desesperante, reconfortante, vigorizante, agotador, y así hasta el infinito; pero seguramente el primero que nos viene a todos es aterrador, porque ese sentimiento sobrevuela cada palabra que escribes y se alimenta de todas las dudas e inseguridades que tengas. Pero por duro que sea el proceso, aun queda una parte mucho más angustiosa: buscar a alguien que nos publique.
Eso sí que te llena de dudas y preguntas:
¿A quién se lo envío?
¿A editoriales, agentes, escritores famosos?
¿Se lo mando a todas las direcciones que consiga, o contacto con una, espero a ver si me contestan y luego envío otra copia al siguiente?
¿Lo mando a la editorial sin más y espero que la recepcionista se lo deje encima de la mesa a quien corresponda?
¿Uso correo convencional o electrónico?
¿Tendrá cuenta de twitter José Manuel Lara?
En fin, supongamos que ya hemos conseguido unas cuantas direcciones y hemos empezado a enviar copias de nuestro manuscrito. Al cabo de un tiempo, puede que recibamos varias cartas más o menos estándares de rechazo o, lo que es incluso peor, ninguna respuesta en absoluto. Ambos casos nos dejan la misma impresión: ni siquiera han leído mi libro.
¿Así esperan encontrar nuevos talentos? ¿Cómo puede ser?
En tu mente tienes una idea muy clara de lo que ha pasado. Ves al grupo de lectores profesionales de la editorial sacando tu original del sobre, pasándoselo unos a otros entre burlas sobre el título o sobre tu pretensión de ser publicado siendo un don nadie, y arrojándolo a la basura entre siniestras carcajadas. O incluso a uno de esos lectores enviando, sin ni siquiera abrirlo, el mail con tu novela adjunta a la papelera de reciclaje, como si fuera el anuncio de un alargador de pene.
Pero la realidad es, sencillamente, otra. Es cierto que no han leído tu libro, pero no por algo personal, sino sencillamente porque cada día reciben una docena de manuscritos, unos buenísimos (como el tuyo y el mío) y otros malísimos (como los de los demás), y es materialmente imposible leerlos todos.
¿Entonces qué podemos hacer los autores que no tenemos «padrinos»?
En esa situación se vio Ricardo Pérez Hernández, autor de El Silencio del Elefante recientemente, pero durante la misma recibió una carta de la agencia literaria Guillermo Schavelzon & Asociados, S.L dándole una serie de pautas y consejos sobre los pasos que debe dar un escritor novel a la hora de dar a conocer su obra a editores o agentes literarios, que él desarrolló en una serie de cinco artículos para el blog Papel en Blanco, bajo el título Cómo publicar un libro y no desesperar en el intento.
Estos artículos plantean no mandar sin más el manuscrito, sino aproximarnos inicialmente a la editorial o agencia mediante una Carta de Presentación, y en caso de recibir una respuesta favorable, enviarles una Propuesta Editorial. Además, si esto falla, el autor nos propone una serie de estrategias que nos pueden ayudar a cumplir nuestro objetivo de ver nuestra obra publicada, e incluso aboga por la autoedición.
Estas pautas no creo que sean, ni que el autor lo pretenda, una fórmula mágica que nos garantice que alguna editorial leerá nuestro manuscrito, pero sin ser la panacea universal, pueden darnos ideas a la hora de enfrentar la dura etapa pre-publicación.
Sólo unas letras (qué mejor) para felicitarte por este espacio y agradecer que hayas recogido en él los artículos publicados en Papel en Blanco.
Saludos.
Muchas gracias por tu comentario. Tus artículos me resultaron interesantes, y decidí hacer este pequeño resumen.
Un saludo.