Cómo encontrar tiempo para escribir cuando no tienes tiempo para escribir
Tienes la idea. Tienes las ganas. Incluso tienes el valor. ¿Qué te impide entonces escribir tu obra? En 9 de cada 10 casos, la falta de tiempo.
Jornadas laborales de 12 horas, responsabilidades familiares, compromisos personales, tiempo de ocio y el necesario tiempo de sueño (que, en mi caso y con dos niños pequeños, incluyo en la categoría de ocio), te alejan cada día de tu vocación de escritor.
¿Cómo sacar horas de dónde no las hay? A continuación te propongo 9 trucos para conseguir cada día un tiempo propio para escribir:
1. ¿Cuáles son los espacios de máxima audiencia cada noche en la televisión?
Por este orden:
- Hoy tampoco echan nada.
- Tenemos 100 canales y no ponen más que rollos.
- ¿No echaron esta peli el mes pasado?
- No entiendo cómo esta estupidez puede tener tanto éxito.
Pues ahí ya podemos recuperar un buen tiempo para escribir.
Supongamos que, a pesar de todo, encontramos algo que realmente nos guste ver. Normalmente el programa en cuestión durará unos 45 minutos o 90 si es una serie producida en este bendito país que gustamos de llamar España. A eso hay que añadir un mínimo de tres pausas para publicidad de 15 minutos cada una, más otras tres de «Volvemos en 2 minutos». Total unos 141 minutos, casi dos horas y media para ver un programa que en la mayoría de los casos podemos ver al día siguiente, sin cortes en las páginas web de sus respectivas cadenas.
2. Y hablando de webs, apaga el router mientras escribes.
Vale, lo admito, esta es la parte «consejos vendo y para mí no tengo» del artículo, yo todavía no he sido capaz, pero conozco gente que lo ha logrado.
Haz una lista de todos los mails, tweets o mensajes de Facebook que lees cada día del tipo «me aburro», «salgo para casa», «mi jefe me toca tanto los huevos que le voy a denunciar por acoso», y que no son importantes, o al menos no son tan importantes como tu labor de escritor. Y no sólo es el tiempo que empleas en leerlos, que apenas son unos segundos, sino los que te lleva abrir la aplicación de la que has recibido la notificación, leer el mensaje, volver al editor de texto y recuperar la concentración.
3. Controla tu tiempo de escritura reloj en mano.
El primer día, si tienes asignados 30 minutos, por ejemplo, verás que 5 minutos se te van en buscar el lápiz y el papel, otros 5 en encontrar el sacapuntas para el lápiz, 10 en buscar las notas en tu ordenador, 5 más en releer el último capítulo que escribiste y sólo 5 en escribir algo nuevo. Eso no te hará sentir muy bien, así que al día siguiente te habrás preocupado de dejar el papel y el lápiz ya preparados y las notas a mano, y no te releerás nada, sino que seguirás escribiendo, hasta que paulatinamente tus 30 minutos para escribir los dediques a eso, a escribir.
4. En el mismo sitio a la misma hora.
Procura escribir siempre en el mismo espacio y a la misma hora, de ese modo se volverá un hábito y te resultará más fácil ser constante.
5. ¿Cuáles son los útiles que necesita cualquier escritor?
Mi lista ideal la conforman: ordenador, bolígrafos, diccionarios, papel, cuadernos, notas adhesivas… y el congelador. Cuando cocines, haz el doble de cantidad y congélala, así algunos días podrás recuperar parte del tiempo que dedicas a la cocina para escribir.
6. Toda nueva empresa requiere una inversión.
Ser escritor no es sólo una vocación, sino también una profesión. Si nuestra intención es llegar a vivir de nuestra escritura, en realidad lo que estamos haciendo ahora mismo es crear un producto (nuestra novela, guión, obra de teatro…) que algún día será adquirido por un buen número de compradores (lectores o espectadores), por lo que esta empresa puede beneficiarse de cierta inversión económica.
Muchas veces cuando comenzamos a escribir con el objetivo de ser publicados, decidimos invertir en un buen ordenador, una impresora nueva o un microordenador para poder escribir en el metro, y todo eso está muy bien, pero ¿has pensado en invertir ese dinero en tiempo? Por ejemplo, puedes cogerte un taxi uno o dos días a la semana para llegar antes a casa, o pagar a alguien un par de horas por semana para que te quite las tareas de la casa más roba – tiempo (y coñazo) como la plancha, o para que cuide a tus hijos un par de tardes por semana. Y si tus hijos son lo bastante mayores, puedes pagarles a ellos, lo que según la Supernanny además les hace más responsables (o más proclives al soborno, pero de mi opinión sobre la Supernanny hablaremos otro rato).
7. Tú me rascas la espalda a mí y yo a ti.
Hablando de hijos, también puedes acordar con alguna amiga bajar al parque a los niños de la otra en días alternos o llevarlos a las actividades extraescolares, y así conseguir un par de horas extras para vosotras. Si además la amiga también es escritora, la motivación será doble.
8. Deja claro a los que te rodean que ese es tu tiempo para escribir y necesitas concentrarte.
Nada de lo anterior funcionará si tu familia te está reclamando cada 5 minutos, o tus amigos te llaman o te proponen un plan para el tiempo que tienes pensado dedicar a escribir, así que desde el principio déjales claro que necesitas su apoyo en esto, (sobre todo si quieren que cumplas tu promesa de incluirlos en la dedicatoria), y por tanto deben respetar tu tiempo de escritura.
9. Averigua a dónde van a parar tu tiempo.
Durante una semana apunta en una agenda todas y cada una de tus actividades y el tiempo que ocupas en ellas, desde la ducha por la mañana hasta cada una de las llamadas telefónicas que mantienes o el tiempo que ves la televisión. Cuanto más exhaustivo y sincero seas, mejor visión obtendrás de dónde se va tu tiempo, y podrás buscar tus propios trucos, que espero que compartas con nosotros en los comentarios, para que todos nos podamos beneficiar de la experiencia mutua.
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Unos consejos fantásticas que también son muy válidos por cualquier otro tipo de trabajo.
Me alegro de que te hayan resultado útiles, eso pretendo.
Un saludo y gracias por tu comentario
P. S.: Muchas gracias por incluir mi artículo en tu sención Mini Canasto.
¡Estos consejos están buenísimos! Yo le agregaría uno: escribir desde el curro. Es lo que hago cuando envío artículos a publicar en Triond. Lo admito, no es lo más seguro ni el momento más tranquilo para reflexionar, pero si estás en una oficina y tienes relativa autonomía, puedes al menos obviarte las pausas de cigarrillo.
Me alegro de que te haya gustado el artículo.
Respecto a lo de escribir en el curro, no sé a qué se debe, pero justo cuando deberías estar haciendo otra cosa, es cuando se te ocurren mejores ideas.
No es que yo me haya puesto a escribir en los curros que he tenido.
Jamás.
En la vida.
Ahora, traducir unos cuentos y novelas de Fredric Brown para una página que existía hace años llamada El Universo de Locos…
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Muy buenos consejos! Me gusta la idea de anotar durante una semana todo lo que hacemos. Es increíble la de cosas en las que perdemos un tiempo precioso. Y una vez localizado el tiempo perfecto para leer, es muy importante mantenerse firme y conservarlo. Empezar a escribir es como dejar de fumar, si empiezas cediendo un día con alguna excusa, cuando te das cuenta has vuelto a los malos hábitos de nuevo.
Me ha gustado tu blog, me quedaré por aquí para echar un vistazo 🙂
Un saludo
Muchas veces no somos conscientes de cuánto tiempo perdemos tontamente hasta que no lo analizamos así.
Respecto a mantener el ritmo constante de escritura, no podría estar más de acuerdo, es un ejercicio como otro cualquiera, y si lo dejas mucho tiempo, luego cuesta mucho retomarlo.
Muchas gracias por pasarte por aquí y comentar, un saludo.
Me quedo con el último consejo, que me parece ahora mismo el mejor para mi. A ver si consigo saber en qué narices se me va el tiempo por las mañanas, aunque tengo ligera sospecha…
Aprecio mucho la mención del congelador…
Un besito
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