Impresiones fotográficas y sentimentales de la Feria del Libro de Madrid 2009
Una vez clausurada, os mostraré brevemente a continuación «mi» Feria del Libro de Madrid 2009.
Lo primero que destaca al llegar a la Feria es el contraste entre la cantidad de «literatura» que nace y se retroalimenta de otros medios,
y la gente cuyo poder de convocatoria es cuestión de puro talento;
autoras, como Violeta Monreal, capaces de hacerme romper mi regla de no comprar nunca en la Feria del Libro, (por la misma razón que nunca salgo en Nochevieja, no me gusta que me digan cuándo y cómo me tengo que divertir).
Ya os hablé de ella en un artículo anterior, pero para que veáis una muestra rápida de su calidad como ilustradora y como persona, sólo tenéis que mirar las dedicatorias que hace in situ. En cuanto a su amabilidad en el trato con sus lectores de todas las edades, tendréis que creer en mi palabra, pues mis fotografías no dan para más.
En la Feria también hay otras firmas.
Te encuentras el entusiasmo de las nuevas estrellas de la Feria,
y la soledad de un hombre justo.
Aquí debería aparecer una foto de la caseta en la que Juan José Cortés firmaba su libro, y a la que nadie se acercaba. Supongo que no era desinterés por su historia, tiene buenas cifras de venta, sino que no es fácil encontrar qué decir a un hombre que ha perdido así a su hija, ya que digas lo que digas sólo removerás su herida. Por la misma razón, yo tampoco tuve valor de tomar esa foto.
En resumen, en la Feria este año pudistéis ver las imágenes de siempre,
e incluso, quizás, encontraros con mi viejo sueño de, alguna vez, acceder a ella por la puerta de atrás de una caseta.