Relato: Quizás mañana
Sería muy sencillo acabar con todo.
No más resentimiento, no más vergüenza, no más peleas.
Un breve gesto y adiós a las preocupaciones.
Sea lo que sea lo que hay al otro lado, no puede doler tanto como esto.
Pero debo pensar en los que dejaría atrás, los que están a mi cargo, cómo les afectaría mi decisión, lo que sufrirían.
Claro que una vez muerta todo me daría igual…
– Próxima estación: Hospital de Henares. Final de trayecto.
Bueno, mi turno ha terminado. Hoy volveré a cocheras. Quizás mañana sea el día.
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«Un breve gesto y adiós a las preocupaciones.
Sea lo que sea lo que hay al otro lado, no puede doler tanto como esto.»
Al «otro lado» duele lo mismo, mejor resolverlo aquí y ahora, que para eso vinimos …… a aprender y a resolver.
El breve gesto ha de hacerse aquí y ahora, con este cuerpo, con esta ropa, en este instante …… ¡Ya!
Muy buena reflexión, aunque no siempre es fácil, a vece los gestos más nimios son los que más difíciles resultan.
Un saludo y muchas gracias por tu comentario.