Cómo escribir personajes femeninos fuertes
Sarah Lancashire en Happy Valley
Hoy es el Día Internacional de la Mujer (lo de trabajadora me parece una redundancia), y por eso me apetecía escribir sobre uno de mis temas favoritos, mujeres y literatura.
Estoy convencida de que a la literatura en general le hacen falta más personajes femeninos. Por un lado, creo que los escritores y escritoras tenemos una responsabilidad a la hora de mostrar la realidad tal y como es, incluso cuando nuestras historias no transcurren en la actualidad, y eso incluye la situación de desigualdad de la mujer y el machismo que perjudica a mujeres y a hombres en muchos aspectos. No se trata de escribir panfletos, pero sí de no perpetuar estereotipos, ni contribuir a que nuestros lectores vean como algo aceptable el machismo, sobre todo nuestros lectores más jóvenes.
Y si apelar a tu responsabilidad hacia la sociedad no es suficiente, piensa que crear personajes femeninos fuertes e interesantes, ayudará a tu historia a destacar sobre las miles de historias protagonizadas por hombres que se publican cada año. Las historias de los hombres no son más ni menos interesantes que las de las mujeres, pero nos las han contado más veces. En este artículo que publiqué el año pasado, hablé de cómo la clave para mejorar tu historia, hacerla más interesante y diferenciarla de otras narraciones similares podría ser cambiar de sexo a tu protagonista y convertirlo en mujer.
Pero volvamos al tema del que quería hablar hoy: cómo escribir personajes femeninos fuertes.
Lo primero que tengo que decir al respecto es que, si al pensar en un personaje femenino fuerte te viene a la cabeza la imagen de una mujer ligera de ropa y con una gran metralleta en las manos, no estamos hablando de lo mismo. Un personaje fuerte, ya sea femenino o masculino, no tiene por qué recurrir a la violencia, de hecho, esta suele ser la solución de los cobardes, sino que puede usar otras armas como la inteligencia y la persuasión para conseguir sus propósitos. Por eso, este sería el primer punto de mi listado de cómo escribir personajes femeninos fuertes:
1. No recurre a la violencia en primera instancia.
Como he dicho antes, la violencia es el recurso de los cobardes, es algo que saben bien los grupos terroristas, que siempre buscan ese perfil para reclutar asesinos: débiles, fácilmente manipulables y dispuestos a asumir el criterio de otros a falta de un código propio que les haga distinguir el bien del mal. Por eso, si queremos construir un personaje femenino fuerte, debemos dotarle de inteligencia, intuición, capacidad de negociación y de sacrificio, de modo que la violencia sea su último recurso.
2. Es proactiva.
No espera a que los problemas se solucionen solos o a que las ocasiones surjan. Es ella quien se adelanta y crea sus propias soluciones y oportunidades.
3. No espera ayuda externa.
No depende de otros para solucionar los problemas que son el detonante de tu narración, y menos de un hombre, aunque no tiene tampoco por qué rechazar o no agradecer esa ayuda.
4. No es perfecta.
Tiene dudas, miedos y comete errores, pero sigue adelante de mejor o peor manera. Esto es lo que hace humano y da profundidad al personaje.
5. Toma decisiones y elige.
Incluso si se siente insegura o duda, toma sus decisiones, aunque sea muerta de miedo.
6. Es asertiva.
Habla por ella misma y no teme dar su opinión, sin necesidad de imponerse.
7. Es consistente.
Incluso si el personaje está descrito como inconstante, es constante en dicha inconstancia, no pasa de un extremo a otro sin una justificación.
8. El centro de su vida no es el amor, ni el matrimonio su recompensa.
Podría parecer que esto descarta que se puedan escribir personajes fuertes en las novelas románticas, pero no es así. Precisamente una novela de amor, para resultar interesante incluso a los no aficionados al género, no puede tener una protagonista que se limite a estar sentada, bordando su ajuar, tomando té y acariciando a su gato, a la espera de que aparezca el príncipe azul que le dé sentido a su existencia. Su vida tiene que girar en torno a algo más que el amor, aunque ella no sea consciente de ello.
9. No la conviertas en una excepción.
No dejes que sea “la chica” en tu historia, rodéala de otros personajes femeninos interesantes, con los que pueda hablar de algo que no sean hombres.
10. No intentes que sea un hombre.
No te limites a ponerle pechos y un vestido a un personaje masculino. Las mujeres no reaccionamos ni actuamos igual que los hombres, y ahí está buena parte de la gracia de la vida. Dale a tu personaje su propia voz y su manera única de comportarse.
11. No la hagas cruel.
Muchos machistas, en especial aquellos que empiezan sus frases con un “yo no soy machista, pero…”, creen que una mujer asertiva, con capacidad de decisión, es una arpía (o una zorra) por definición. No caigas en su error. Tu protagonista puede tener sólidos principios y buen corazón, aunque tenga que cometer actos o tomar decisiones que no la hagan popular.
12. Tiene una fuerte motivación.
Hay una frase de Yoriento que yo me repito como un mantra a menudo y que también debes tener presente al crear a tu personaje: “Motivación no es tener ánimo, es tener motivos”. Dale motivos a tu mujer fuerte para hacer lo que hace, y esos motivos deben ser sólidos.
13. No la hagas quejica.
A las mujeres nos gusta expresar y hablar de nuestros sentimientos, por lo que resulta realista que tu personaje lo haga en algún momento, pero no necesita hacerlo cada diez páginas y aburrir al lector. Esto entronca con un tema que ya he tratado en otro artículo “Show, don’t tell”, es decir, muestra los sentimientos de tu protagonista, no los cuentes.
Estos son los pasos que yo sigo para enriquecer a mis personajes femeninos, hacerlos más profundos y, a la vez, más realistas e interesantes.
¿Y tú cómo construirías un personaje femenino fuerte? Cuéntanoslo en los comentarios.
Hay una dificultad a la hora de que un hombre describa personajes femeninos, o viceversa. Y es que uno hombre no es una mujer. Se debe recurrir a una serie de experiencias ―yo tengo la enorme suerte de tener una madre, una esposa y una hija con «personalidad»―. Sólo algún genio excepcional escribe de forma natural personajes de otro pelaje, no ya sólo de otro género. Aún así creo, quizá porque lo soy, que es más fácil crear un personaje masculino. En cualquier caso hay que conocer muy bien «al otro» y consejos como los tuyos son muy de agradecer.
PS.- A mi hija le gustó la protagonista de mi cuento «Miedo en Daĥano», de lo que me siento especialmente orgulloso.
Esa dificultad también puede tener una parte positiva, porque los hombres tenéis más objetividad a la hora de describir personajes femeninos.
He leído tu cuento en tu blog y, tal y como indicas al principio, tiene un principio y un final muy potentes, me han gustado mucho. Gracias por tu comentario y un abrazo.
Estoy de acuerdo con Francisco, Creo que es muy difícil para un hombre escribir acerca de una mujer como personaje principal y para una mujer escribir acerca de un hombre. Puedes hacer un personaje, pero el principal especialmente si la perspectiva es desde el personaje es muy complicado.
Lo último en el blog de Ivan: Reglas de acentuación
Curiosamente a las escritoras no tenemos esa sensación al escribir personajes masculinos, quizás porque son historias que hemos visto escritas más a menudo. Como le digo a Francisco, creo que ponerte en la piel y la cabeza de un personaje de otro sexo te da también una objetividad que puede enriquecerlo.
Muchas gracias por tu aportación. Un saludo.
Contestando a los que me han precedido: un buen escritor debe ser capaz de construir personajes de ambos sexos. Recordemos a Tolstoi, Flaubert y Clarín.
Sobre tu artículo, Yolanda, vienes a dar las claves del test de Bechdel: que en la película, libro o lo que sea haya al menos dos mujeres con un papel de cierta importancia, que interactuen entre ellas y que el motivo de sus conversaciones no sea un hombre.
No es nada artificial, la realidad es exactamente así.
Siempre tengo muy presente el test de Bechdel, al escribir, porque raro es el libro o la película que me guste y que no lo cumpla. Muchas gracias por leerme y por tu comentario.
La última mujer/personaje que hice tuvo una corrección justamente como lo mencionas en el punto 10. Al construir el diálogo le cambié algunas palabras para hacerla auténticamente femenina.
Saludos!
Es importante cuidar la «voz» de los personajes, para que no suenen todos iguales y, por supuesto, esa voz debe corresponder a su sexo. Muchas gracias por leerme y por comentar.
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