Razón IV para dejar de escribir: No lo puede hacer cualquiera
Los escritores están hechos de una pasta diferente. Es gente con un ojo especial para fijarse en la realidad y sacarle punta, para encontrar historias en lo aparentemente cotidiano o para crear de la nada mundos fantásticos. Por eso tú, que eres una persona normal y corriente como tantos otros millones de personas normales y corrientes, no puedes dedicarte a escribir.
¿Qué puedes contar tú que vaya a interesarle a nadie?
Claro que tú eres un individuo único, con una experiencia vital que, aunque esté conformada por experiencias similares a las de cualquiera, es única y un talento, que puede ser mayor o menor, pero que desde luego es único.
Y tu punto de vista ante cualquier tema, por tanto, también es único.
Y tu manera de expresar tu punto de vista único, resulta, entonces, única.
Además estás comparando lo que sabes de ti, con lo que crees de los escritores profesionales. Obviamente no sabes cómo son ellos en realidad, o qué concepto tienen de sí mismos. No todos los escritores tienen un turbulento pasado como marinos mercantes y boxeadores, un problema de alcoholismo y tres ex-esposas. Ni todas las escritoras visten vaporosos vestidos en tonos pastel, o viven en coquetas casas con jardín sin más compañía que un gato.
Quizás ellos también tenga que escribir mientras intentan que su hijo adolescente baje la música, se distraen preocupándose porque el grifo que ya han arreglado tres veces sigue goteando, e intentando encontrar una excusa para no ir como cada domingo a comer a casa de su insoportable cuñada.
Así que, a lo mejor, ellos tienen más de persona normal y corriente de lo que imaginas, y tú más de escritor de lo que crees.
Ya, claro.
Por contra tienes millones de ejemplos de grandes literatos que han tenido vidas excepcionales, desde Bukowski hasta Quevedo, Alda Merini, o miles más.
Lo que quiero decir es que es posible ser escritor llevando una vida más ‘normal’. Pero lo que es indudable es que para ser un escritor bueno, cuanto más hayas vivido, mejor. Cuanto más hallas amado, follado, bebido, drogado, saltado, arriesgado, perdido, ganado, (ponga aquí cualquier verbo del diccionario) MUCHO MEJOR.
Y eso entra en conflicto con una vida ‘normal’.
No digo que no sea posible. Sólo digo que es más difícil.
Obviamente estoy de acuerdo contigo en que hay que vivir intensamente antes de lanzarse a escribir, pero no en que una vida más «normal» no sea excepcional. Se trata de exprimir la vida al máximo en lo bueno y en lo malo, en lo grande y en lo pequeño, y de ahí sacar tus escritos. Quedarse sólo con lo excepcional o sólo con lo cotidiano es limitarse como creador.
Yo, por ejemplo, hasta que no he tenido una serie de experiencias (tendrás que leerme para saber cuáles :)) no me he lanzado a escribir con miras a publicar.
Y por cierto, una de mis frases favoritas de Hemingway es: Escribe borracho, edita sobrio Por algo sería…
Gracias por tu comentario
Dios mío. Hayas. no Hallas. Haber, y no Hallar. Perdón…
Pedir perdón no es suficiente. Serás flagelado en la vía pública como ejemplo para futuros comentaristas 😛
Es cierto, de todo hay. Escritores con pasados turbulentos y a los que no les ha sucedido gran cosa peo que son unos grandes observadores del mundo.
Me alegro de que estemos de acuerdo 🙂
Gracias por tu comentario y un saludo.
Hay momentos en los que casi todo se me convierte en una montaña infinita de obstáculos. Muchas veces me desanimo y mi autoestima se esconde detrás de mi sombra, y me siento poca cosa. Es cierto lo que dices, es en esos momentos cuando todas mis fuerzas flaquean y pienso que no sirve de nada seguir escribiendo historias, porque soy esa persona normal y corriente que mencionas y no sé si lo estoy haciendo bien. Pero es verdad, todos nosotros somos únicos y tenemos que reflejarlo en nuestras narraciones.Y yo lo intento siempre, y me vengo abajo, y quiero dejarlo, y vuelvo a nadar a contracorriente, y sigo escribiendo, y mi autoestima se recupera lentamente, y así sigo.
Gracias por tener este blog
Saludos
Estoy escribiendo otro artículo al respecto que publicaré en breve, hablando de mi experiencia tras un «atasco» creativo con mi novela. No lo llamo bloqueo, porque mi problema era que no se me ocurría por dónde seguir y precisamente anoche, después de pasar días dándole vueltas, se me ocurrió.
En ese artículo concluyo lo que siempre digo, pero que cuesta tanto: hay que seguir a pesar de todos los miedos e inseguridades.
Un saludo y gracias por compartir con nosotros tus pensamientos.
me gusto el primer parrafo.
Lo último en el blog de Rafael Leon: -Ráfaga- Soledades
A veces se idealiza la figura del escritor y eso puede resultar paralizante para un aspirante.
Gracias por tu comentario.
Por supuesto que escribir todos los días no es tarea nada fácil.