Relato: La exclusiva
Como era su costumbre, la reina de los programas del corazón comenzó su intervención tras el video del avance de la noticia en silencio, con su inquisitiva mirada clavada en los ojos del espectador al otro lado de la pantalla.
Hoy era un día importante y había una dosis de tensión extra en el equipo: la noticia del divorcio que iban a difundir no era una simple cuestión «rosa», sino también política e incluso de estado.
Nadie en el plató se atrevía a moverse, apenas respiraban, los ojos fijos en la presentadora que alargaba la pausa dramática.
Finalmente el director se atrevió a susurrar su nombre por el pinganillo: «¡Maruja!».
Desde el infierno a Maruja se la llevaban los demonios: la noticia de su muerte por un infarto fulminante durante la emisión de la promo iba a ensombrecer la mayor exclusiva de su carrera.