Opinión: Firmin de Sam Savage

Este es un libro y un personaje en los que tanto un lector como un escritor en ciernes se verá reflejado fácilmente.
Firmin es una rata que nace en el sótano de una librería de viejo en un barrio en decadencia del Boston de los años 60. Es la más pequeña y débil de la camada, así que acuciada por el hambre empieza a alimentarse de los libros, primero literal y luego figuradamente, cuando empieza a leerlos, lo que le lleva a humanizarse cada vez más, hasta parecer un ser humano atrapado dentro de una rata.
Cualquier lector puede sentirse identificado con esta rata que devora libros con avidez, casi compulsivamente y que por tanto va enriqueciendo cada vez más su lenguaje y su entendimiento. Pero un escritor en ciernes se sentirá aún más identificado, porque Firmin se siente continuamente frustrado por su incapacidad para comunicar sus pensamientos o contar las historias que crea en su imaginación. Es alguien a quien nadie presta atención, al que tratan como una rata común y que por tanto esperan que se comporte como tal, siguiendo las normas y patrones establecidos. Este ser al que casi todos ningunean e ignoran usa entonces la imaginación para embellecer su vida y refugiarse de la soledad.
Incluso el comienzo del libro hace referencia a uno de los peores enemigos del escritor: la frase inicial que arranca su obra.
Pero no sólo Firmin es alguien con quien un escritor puede identificarse, la propia historia del autor es especialmente motivadora.
Sam Savage había intentado escribir una novela toda su vida, sin concluir ninguna. Finalmente, siendo ya octogenario, se le ocurrió la historia de Firmin, y la escribió prácticamente del tirón.
Fue publicada por una pequeña editorial de Minneapolis, fuera de los grandes circuitos editoriales, y descubierta por la editorial española Seix-Barral que la reeditó. La campaña de publicidad y el boca-oreja hicieron lo demás, y el libro lleva ya vendido más de un millón de ejemplares.
¿Quién iba a pensar que la historia de una rata lectora iba a ser publicada y a convertirse en un bestseller?
Sobre todo porque no se trata de una historia amable sobre una ratita encantadora a lo Mickey Mouse o Stuart Little, sino que es una rata con defectos tan humanos como el derrotismo, dentro de una historia triste y cargada de melancolía.
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Desde luego Firmin no es para todos los paladares porque a más de uno se le pueden atascar sus páginas densas pero el libro es una maravilla, toda la prosa es una oda a la lectura, la escritura y los libros.
A mí no me pareció excesivamente denso, de hecho me leí bastante rápidamente. Es muy acertada tu frase de que la prosa de este libro es una oda a la lectura, la escritura y los libros, es su mejor definición.
Un saludo y gracias por tu comentario.
Es metaliteratura. Firmín es un libro que devoras de una sentada y que te empuja a leer las obras que referencia su protagonista. Es una oda al poder transformador de la lectura. Una metáfora del libro como alimento, primero para el cuerpo y, posteriormente, para el alma de la rata.
Efectivamente, la lectura nos transforma, al menos algunas obras.
Gracias por tu comentario, un saludo.
A mi me gusto mucho y lo leí en dos días.
Me alegro de que coincidamos.
Un saludo y gracias por tu comentario.