De la vida de J. D. Salinger
Hace unos días falleció J. D. Salinger, autor de El guardián entre el centeno, un libro imprescindible.
Como siempre, no esperéis encontrar aquí un conjunto de datos y fechas, porque para eso está la wikipedia.
Yo prefiero hablaros de Salinger como paradigma del aislamiento del escritor.
Como ya sabréis, Salinger, tras el éxito de El guardián entre el centeno, decidió recluirse en su casa y tener un contacto mínimo con el exterior.
Esta situación, resultado al parecer de sus problemas emocionales y mentales, puede parecer ideal para un escritor: dedicarse únicamente a escribir y no a conceder entrevistas, firmar libros, etc., pero ¿es realmente viable para un escritor, que quiera vivir de su escritura, hoy en día?
Sinceramente, creo que no.
Los lectores ahora tienen una cantidad extraordinaria de fuentes de entretenimiento, y no sólo por el elevado número de libros que se publican cada día, sino por los cientos de canales de televisión, por las películas, internet, etc. que están a su disposición. Por tanto la lucha por conseguir captar su atención es enorme.
Obviamente, en teoría, cuando un libro es publicado, la editorial se ocupa de la promoción, y lleva al autor más o menos de la mano en ese tema, pero tampoco en este caso nuestro libro es el único. A la vez que promocionan nuestro libro, la editorial tendrá otros que promocionar.
Por eso creo que en los tiempos que corren un autor tiene que volcarse en la promoción de su obra tanto como en su escritura. Y no sólo colaborando en todo lo que la editorial organice, sino buscando sus propias vías para dar a conocer su obra; por ejemplo, mediante internet y las redes sociales.
De hecho, todos hemos leído El guardián entre el centeno, pero muy pocos pueden decir que han leído los otros libros que Salinger publicó.
Aún así he de admitir, que este año ha habido un megaéxito editorial en cuya promoción, su autor no ha participado en absoluto. Claro que se trata de Stieg Larsson y ha muerto, lo cual ya confería cierta notoriedad a sus libros. Antes de llegar a eso, veo preferible otras alternativas de promoción.
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Hay excepciones: Thomas Pynchon. saludos.
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Alimentar su propia leyenda, no deja de ser una forma de promoción.
Gracias por el comentario, y un saludo.
Pues sí, completamente cierto lo que dices acerca de la promoción. Duros estos tiempos en los que, además de escribir, debes reservarte espacios y estrategias para la promoción de tu obra, especialmente si apuestas por canales alternativos (o sea, la red). Si quieres conseguir algo con tu obra, aunque sólo sea darla a conocer, el esfuerzo debe ser considerable.
Eso sí, ahora es posible hacerlo por nuestra cuenta, cual proverbial Juan Palomo. Nunca habíamos tenido esta oportunidad y no debemos desaprovecharla.
Ahora tenemos unas posibilidades de que nos lean que eran impensables hace unos años. Antes tenías que tener mucha suerte y buenos contactos para acceder a un mundo tan cerrado como el editorial, ahora en cambio es más fácil llegar al lector, aunque por contra, también hay más competencia, pero eso es sólo positivo 😀
Un saludo y gracias por tu comentario.
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