Relato: Con eso me basta

Con eso me bastaAmor de mi vida. Tu flequillo rubio cayendo juguetón sobre tus ojos, tus hombros fuertes, tus manos granes y dulces, la suave curva en tu barriga del hombre que gusta de disfrutar de la vida.

Hoy, como tantos otros días, te he encontrado por casualidad en la calle y he iniciado mi juego favorito: ese en el que te observo en la distancia, sin que te des cuenta, como si no te conociera, como si no fueras mi amor, como si no compartieramos una vida juntos.

Esta vez estabas en el super. No parece un entorno muy romántico, pero si estás tú, a mí me basta.

Y recreo tu huella en mi cama revuelta, caricias escondidas, alguna que otra bronca y su reconciliación.

A unos metros observo tus ojos pequeños y oscuros, tu nariz recta, y cómo se dibuja una dulce sonrisa en tus labios de vez en cuando. No puedes negar que estás enamorado, y a mí se me ensancha el corazón de orgullo. Como si, sólo con verte, todos a mi alrededor pudieran saber que yo soy quien te hace sentir así.

Te hago feliz, y en esa felicidad paso mis días, y en esa felicidad me consuelo de las penas de la vida.

Te hago feliz y atesoro esa felicidad porque es causa de la mía.

Y a escondidas me deleito observándote, hoy en el super, ayer en un parque, mañana quién sabe.

Pero son casi las dos y tengo que ir a buscar a los niños al colegio.

Y me cuesta, después de tanto tiempo, me cuesta dejar de mirarte, aunque sé que no tardaré en volver a verte.

Mañana quizás seas un jovencito rubio en la estación de metro, un cincuentón de pelo entrecano en la consulta del médico.

No importa.

Te seguiré amando.

Con eso me basta.


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2 comentarios en “Relato: Con eso me basta

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