Opinión: el Paciente de @JuanGomezJurado
No, el título de la reseña no es un errata, la P en mayúscula de la portada hace referencia al Paciente, que es el Presidente de los Estados Unidos, que, sin ser el protagonista, es el epicentro de la historia.
El protagonista es David Evans, un brillante neurocirujano que ha sido seleccionado para, en el máximo de los secretos, operar de un tumor cerebral al Presidente (Obama, aunque su nombre no se mencione en el libro), pero 63 horas antes de la intervención el misterioso señor White secuestra a su hija para obligarle a matarle durante la operación.
Y he puesto el nick del autor en vez de su nombre, porque, como os conté en Juan Gómez-Jurado, un autor en las redes sociales, es uno de los escritores que mejor uso hacen de las redes e internet para promocionar su trabajo.
De hecho, igual que hicieron con su anterior libro, La leyenda del ladrón, la editorial Planeta y él han organizado encuentros con bloggers en varias ciudades de España, y yo fui invitada al de Madrid.
En esta ocasión, Juan volvió a demostrar que nadie mejor que el autor para vender (en el sentido más positivo de la palabra) su obra.
Nos habló del proceso de creación de la novela, que en esta ocasión no había sido tan estructurado como en otros libros, si no que se había dejado llevar por la historia de una manera más emocional, entre otras cosa porque David es el personaje con el que más identificado se ha sentido, y al que se imagina con el aspecto de Clive Owen (de autoestima, bien, gracias).
Lo primero que salta a la vista al leer la sinopsis de este libro es que la historia del hombre corriente que, ante un amenaza contra su familia, tiene que elegir entre cometer un crimen y salvarlos, o hacer lo correcto a riesgo de perderlos, nos la han contado un millón de veces.
Es más, hay un capítulo de la serie Person of interest con un argumento idéntico: en ese caso es un cardiólogo que tiene que operar en secreto a un millonario, y amenazan con matar a su mujer si el paciente sale vivo de la sala de operaciones.
Por tanto, el planteamiento del libro no es precisamente original, pero aún así merece, y mucho, la pena leerlo.

En el Paciente, Juan Gómez-Jurado vuelve a demostrar sus puntos fuertes como narrador: un gran sentido del ritmo y la estructura, para que la trama te atrape y mantenga el interés todo el tiempo, y un amplio dominio de los giros narrativos, sorprendentes pero verosímiles, sin las exageraciones tan habituales de estas historias, sobre todo cuando nos las cuentan desde Hollywood.
Pero, además, en este libro el autor ha dado un gran paso adelante en el que, a mi modo de ver, era su principal defecto como escritor: lo convencional de sus personajes, que en ocasiones se ajustaban tanto a las convenciones del género que resultaban un tanto planos e impedían que el lector se identificara con ellos fácilmente.
Los personajes de el Paciente se sienten de carne y hueso, tanto los principales como los secundarios. Es fácil imaginarlos y compartir sus angustias y vivencias, por lo que enseguida nos interesamos por ellos y por saber qué les va a ocurrir.
En este aspecto destaca el personaje de Kate.
El propio Juan reconoció en el encuentro de bloggers que sus personajes femeninos hasta entonces eran demasiado pasivos, como en el caso de Clara de La leyenda del ladrón, y yo tuve que morderme la lengua para no soltar un «Te lo dije«. Pero Kate en este libro es la que realiza la mayor parte de la acción y, aunque David es el protagonista, ella es imprescindible para el desarrollo y desenlace de la trama.
También quiero resaltar, aunque sin entrar en detalles para no desvelaros nada, lo mucho que me ha gustado cómo trata la relación entre David y Kate, alejándola de la opción más fácil y trillada.
Por todo esto, aunque nos hayan contado historias parecidas antes, con esta novela no tienes la sensación de estar leyendo más de lo mismo.
La historia te engancha, te identificas con los personajes y te sorprendes en la dosis justa. Así que el paciente cumple con creces su cometido de entretener, intrigar y emocionar.
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Muy buena reseña! El detalle de la foto de Clive me ha encantado 😉