Actualizando a El Capitán mi iMac y MacBook Pro de 2008
Hoy me vais a permitir que ponga el blog en modo off-topic, es decir, que hable de algo que no está directamente relacionado con la escritura y los libros, pero que puede resultar interesante a aquellos de vosotros que como yo, estéis pensando si actualizar o no vuestros ordenadores Mac al nuevo sistema operativo. Así que, mis disculpas a los usuarios de Windows, porque este tema no os va interesar… o a lo mejor sí, si decidís compraros una manzana.
Como os digo en el título, tengo dos Macs de 2008 que, como corresponde a máquinas de edad provecta, cargaban con bastantes achaques, sobre todo el iMac que tenía 300 GB de disco duro lleno de lo que técnicamente se conoce como vaya-usted-a-saber-qué, fruto de mi afición por instalar y desinstalar programas para probarlos y hablaros de ellos. De hecho me estaba planteando jubilarlo y convertir el MacBook en mi ordenador habitual, mientras ahorraba para comprarme uno nuevo, (sí, lo sé, teniendo dos hijos lo de ahorrar para un ordenador nuevo suena a utopía, pero ya me conocéis, soy una optimista). Pero antes de retirarlo definitivamente, decidí aplicarle el clásico “formatear y reinstalar” a ver qué pasaba.
La primera decisión que tenía que tomar era qué versión del sistema operativo instalaba. Yo me había quedado en Snow Leopard, porque no soy partidaria de arreglar lo que funciona, y hasta unos meses antes, todo me iba bien, pero hacía poco que Apple había lanzado su nuevo sistema operativo El Capitán, por lo que decidí informarme sobre él. Pero como suele ocurrir en estos casos, cada uno cuenta la feria según le va en ella, así que me encontré opiniones para todos los gustos: había quien estaba actualizado ordenadores como los míos y estaba encantado, quien había actualizado ordenadores como los míos y le habían dejado de funcionar o le iban muy lentos, ordenadores más viejos que iban como un tiro y ordenadores más nuevos incapaces de arrancar en menos de cinco minutos.
Finalmente decidí liarme la manta a la cabeza reinstalar mi viejo Snow Leopard y luego actualizar a El Capitán desde una instalación limpia.
Dicho y hecho, hice varias copias de seguridad de mis archivos (ya me conocéis, soy una paranoica), ya que esta operación supone borrar por completo el disco duro, así que no olvidéis hacer esto antes de nada. Busqué cómo formatear y reinstalar, porque ya no me acordaba de cómo se hacía y, siguiendo las instrucciones de este video, dejé mi viejo iMac con una instalación de Snow Leopard limpia:
A continuación instalé las actualizaciones que el sistema me pidió, y después entré en la App Store a buscar el instalador de El Capitán. En este punto os recomiendo que, o bien conectéis el iMac al router mediante cable o al menos lo llevéis lo más cerca del router posible para que la conexión WiFi funcione en su máximo esplendor. Os digo esto, porque yo tenía el ordenador bastante lejos del router, y no me daba problemas para navegar o descargar, pero cuando fui a hacer la instalación de El Capitán, me dio bastantes sustos tanto durante la descarga como en la instalación, porque iba tan lento que se me quedó un pantallazo gris y pensé que me había cargado el iMac.
Una vez que me aseguré de tener la mejor conexión posible (en mi casa) a internet, conseguí actualizar sin problemas a El Capitán. La descarga y la instalación duraron bastante con mi conexión de 30 MB, alrededor de dos horas, así que os recomiendo que cuando lo hagáis, dejéis al ordenador trabajando y os vayáis a hacer otra cosa, porque, como os dije antes, los pantallazos grises y la barrita de progreso que parece no progresar nada acojonan bastante.
El resultado después de actualizado el sistema operativo e instalados los programas que suelo usar en mi iMac del 2008 fue… que había estrenado de nuevo mi ordenador. Otra vez arrancaba en un suspiro, ya no tenía que elegir entre abrir Evernote y Spotify, ni llevar la cuenta del número de pestañas que abría en Chrome para que no se ahogara. Me resulta increíble que, en los tiempos que corren, un ordenador de 8 años pueda funcionar como el primer día con una simple actualización gratuita.
Después de pasadas un par de semanas, en las que me aseguré que aquella mejora era real, y que no surgían grandes inconvenientes, decidí llevar a cabo la misma operación en el MacBook, y aquí es dónde averigüé por qué a unas personas la actualización a El Capitán les (nos) va muy bien y a otras no.
El reproductor de DVDs de mi MacBook dejó de funcionar hace mucho tiempo, y como hace años que no lo he necesitado, tampoco lo he sustituido. Por esta razón, no podía aplicar los pasos que explican en el video que os he puesto más arriba, por lo que decidí actualizar a El Capitán directamente y ver que pasaba.
Después de las pertinentes dos horas que tarda el sistema en descargarse e instalarse, me encontré que mi MacBook se había vuelto increíblemente lento, y además hacía cosas raras como conectar el Bluetooth solo y no permitirme desconectarlo, etc.
Pero esto no era un problema, ya que ahora tenía un sistema operativo que me permitía formatear y reinstalarlo sin disco. Seguí las instrucciones de este otro video (la vida era muy dura antes de que existiera Youtube):
Y de nuevo experimenté la sensación de volver a estrenar mi viejo MacBook Pro de 2008.
Por tanto, os recomiendo que actualicéis a El Capitán siempre y cuando vayáis a hacer una instalación desde cero, es decir, formatear y reinstalar por completo los programas y archivos que utilicéis. Si vuestro ordenador con Mavericks, Yosemite o incluso con Snow Leopard os funciona y no queréis o no podéis formatearlo por completo, actualizarlo a El Capitán sin más, probablemente os dé más problemas que mejoras.
Hace tiempo que decidí darles nueva vida a los ordenadores en lugar de comprarme uno nuevo… Y usé Linux sin experiencia previa. Tras algún sobresalto, he logrado tener ¡cuatro! ordenadores en casa —recuperados algunos de familiares— en perfecto funcionamiento. Y en el único en el que mantengo W7 compartido con LMDE, lo hago por Sibelius 7, pero cada vez lo uso menos.
Algunos, sencillamente, han vuelto a renacer.
Hay que luchar contra la maldita obsolescencia programada. Gracias por compartir tu experiencia con mis lectores linuxeros.
Has notado aumento en la velocidad de internet, al actualizar el sistema? Gracias
Lo último en el blog de Jorge: Los 10 mejores auriculares bluetooth de 2017 – Guía de compra
Sí, lo he notado un poco, por que Chrome respondía más rápidamente. En cuanto a descargas y subidas no he notado nada apreciable. Un saludo.