Razón VI para dejar de escribir: Las musas sólo aparecen cuando a ellas les viene bien
Por fin has encontrado unas horas para dedicarlas a escribir.
Tu lugar de trabajo favorito está impecable, tienes tus herramientas favoritas a mano, la luz y el ambiente perfectos. Por si fuera poco, te sientes relajado, creativo, listo para empezar o continuar la que será la mejor historia que has escrito hasta el momento.
Te plantas confiado, e incluso feliz, ante la página o la pantalla en blanco y… permanece en blanco. En blanco. Blanco. Blanco. Blanco.
Una prueba más de que no estás llamado a ser escritor.
Y luego otro día, en mitad de una reunión o a cinco minutos de llevar a los niños al colegio, cuando tienes más ropa en la pila de la plancha que en los armarios, se te ocurre una idea maravillosa y las frases precisas se agolpan en tu mente con brillantez, pero no tienes tiempo o ganas o la oportunidad de ponerte a escribir. Sí, ya sé, hay que procurar que la inspiración te pille trabajando, pero no hay más horas en el día.
Es la segunda prueba de que no vas a ser escritor. Tu tren ya partió y tu vida es demasiado complicada.
Claro que siempre podrías asegurarte de que siempre tienes a mano algo con lo que apuntar tus ideas, ya sea analógico, o sea, lápiz y papel, o digital como Evernote.
Raro es el creador que no lleva siempre a mano una herramienta en la que volcar sus ideas en todo momento. Por ejemplo, Alfred Hitchcok tenía siempre en su mesilla de noche una libreta. Una noche soñó la trama de una película excepcional; lo tenía todo: suspense, acción, humor, así que cuando se despertó, anotó rápidamente su sueño y siguió durmiendo. Cuando se levantó a la mañana siguiente lo primero que hizo fue leer lo que había escrito. En la libreta sólo encontró las palabras: «Chico conoce a chica«.
Suelo tener una libretita en la mesa de noche, cuando por fin apago la luz para dormir a veces tengo que volver a encenderla a la media hora. Últimamente he estado pensando en lo práctico que podría ser llevar una pequeña grabadora, no es el arma más correcta para escribir pero ¿y si la musa te atraca en medio de un atasco?
La grabadora es una buena idea, porque no siempre tienes las manos libres, además ahora muchos teléfonos permiten grabar voz. Yo a veces he pensado en comprar una, pero no lo he hecho porque odio oir mi voz grabada. Sí, es una estupidez, porque las notas sólo las oiría yo, pero no lo puedo evitar 😉
Un saludo y gracias por tu comentario.
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Hombre, las musas son muy caprichosas… Pero estar con la mente siempre dispuesta tambien ayuda a que te echen un cable o una idea en su defecto. Yo tiro de boli y papel siempre que puedo y si no, pues me gusta tener una idea en la cabeza y darle vueltas a ver si encaja con alguna otra idea y asi hasta que sale algo que me pueda interesar. Lo principal es no dejar de darle al coco y pensar, y piensa en la gimnasia mental que hacemos.
Yo creo que un escritor se pasa más tiempo pensando que escribiendo, por eso a veces parecemos o nos sentimos «poco productivos».
Un saludo y gracias por tu comentario.
Tiempo atrás viví algo similar, genero una reflexión que hoy trata de ser un ejemplo en una entrada de mi blog. Lo llamé «De la página en blanco a esto» Aquí les comparto mi reflexión: http://www.unloquito.com/?p=200
Saludos
Muy buena tu reflexión sobre el bloqueo de escritor, gracias por compartirla con nosotros.
Un saludo.